La visita la realizamos entre los días 24 y 25, coincidiendo con la Fiesta Andalusí de la Rosa, enmarcada dentro de la Ruta de los Castillos y las Batallas, que recomiendo que echéis un vistazo que seguro que os gusta.
Llegamos por la tarde y nos alojamos en la Hospedería Rural Palacio Guzmanes, otra cosa que recomiendo, puesto que los propietarios son muy amables y hasta nos enseñaron varias de las habitaciones que tiene, contando la histora del lugar. Es un lugar tranquilo, con muy buenas vistas de los inmensos campos de olivos y un abiente totalmente familiar.
El pueblo de Baños de la Encina tiene unos orígenes que se remontan a la Prehistoria y por él pasaron casi todas las civilizaciones que han recorrido la Península.
El Castillo se llama Bury al-Hamman y fue construido por Alhakén II y cuando lo visitamos nos explicaron que han estado realizando excavaciones arqueológicas y han dejado al descubierto los restos de las diversas culturas que poblaron la colina.
Ésta es la vista que nos ofrece Baños de la Encina desde la carretera con el impresionante castillo y la torre de la Iglesia de San Mateo.
Azulejo que estaba en un lateral de la Oficina de Turismo que a su vez es también la Casa de la Juventud.
Aquí podemos apreciar el engalanamiento de la Oficina de Turismo con motivo de la celebración de la Noche Andalusí de la Rosa.
La campana de la Iglesia de San Mateo nos anuncia que la tarde se está acabando y que ya mismo empieza la fiesta.
Una vez que llegas al pueblo y lo vas conociendo no vas a querer hacer caso al cartel de esta calle, aunque puedas no lo harás.
A las faldas del Castillo Bury al-Hamman se puede ver esta impresionante vista del mar de olivos tan típico de Jaén, con Sierra Mágina al fondo.
La tarde cae y en la Plaza Mayor los preparativos de la fiesta están casi finalizados y están casi listos para el inicio del festival. La torre de la Iglesia vigila que todo vaya bien.
Dentro del castillo hicimos una visita teatralizada y de esa tienda salieron unos pillos personajes que engañan a un tercero para robarle la comida que llevaba en su cesta para su mujer.
Vista del interior del castillo con las diversas piedras que han salido de las diversas excavaciones.
En esta fiesta hicieron actuaciones de danza del vientre, una ronda recorría la calle que va desde la Plaza Mayor hasta el Castillo vestidos los integrantes de templarios. Los personajes de los puestos también iban disfrazados. Hubo otras actuaciones con música tradicional, una recreación con caballos de la ofrenda de la rosa (lástima no tener una cámara mejor para las fotos nocturnas) y mucha comida y bebida en varios puestos.
Embalse del Rumblar visto desde las faldas del castillo.
El castillo posee una gran torre del homenaje, pero no se podía visitar aún.
Y como regalo final, una hermosa vista de los campos de olivos que podíamos contemplar desde la habitación de la hospedería.
Espero que os haya gustado esta visita por este bonito pueblo.
Volveremos a vernos en este vuestro sitio.
Un saludo y disfrutad de las vacaciones.