Hoy voy a pararme en una escena muy curiosa que vi a principios de junio. Se desarrolló en una localidad de la Mancha en la provincia de Toledo, Orgaz. Se trata de una reconstrucción de una antigua costumbre muy extendida por la zona, que era la de hacer cal mediante un procedimiento totalmente natural utilizando piedra caliza. Pero al cabo del tiempo al llegar la industrialización del proceso esta costumbre se perdió y desde hace un par de años, el primer fin de semana de junio celebran este homenaje fabricando la cal tal y como se hacía antiguamente.
El proceso es así:
Se pone en un horno enterrado en el suelo un montón de piedras calizas que cubran toda la pared y formen también una bóveda en el techo.
El suelo del horno se cubre de ramas de olivo y se enciende.
Para mantener el fuego se utiliza huesos de aceitunas triturados, que mantienen el horno a altísimas temperaturas, más de 1000º Celsius.
Así se consigue la cal viva que una vez mezclada con agua se puede usar para encalar las paredes, tal y como se hacía antiguamente y como se ven la mayoría de los pueblos andaluces.
A continuación os muestro las fotos del distinto proceso:






El interior del infierno apagado y con la cal que se produce al calentar hasta tales extremos la piedra caliza, que aún se ve en las paredes apilada.
Y aquí termina este recorrido por un oficio antiguo que me ha llamado la atención. Por eso le he puesto ese título a la entrada.
Espero que os haya gustado y pronto volveré con otra entrada.
Un saludo a tod@s y hasta la próxima.