Hoy el poema que pongo es sobre el Partal, situado en la parte final del recorrido de los Palacios Nazaríes, con un bello jardín alrededor, unas casas que estuvieron habitadas en su época, un estanque que da la bienvenida al visitante, un pequeño oratorio para la oración a Alá y el camino que recorre paralelo a la muralla y a las torres.
El poema de hoy dice así:
¡Salve, oh mansión! Revoloteen en torno a ti la dicha y la alegría movidas por la esperanza y la gloria.
Que tu dueño obtenga ampliamente en ti sus aspiraciones y que unido vaya a él lo que desea.
Sea su noche en ti placentera, toda alborada, y dulce su día por la continua sonrisa en su rostro.
Que no cese de proteger el reino y triunfos le prodigue, que el poder, la ventura y la variable fortuna estén a su servicio.
Como dije en la anterior entrada, la Alhambra es un gran libro con una grandísima historia que contar, así que, con este poema pongo fin al segundo capítulo de esta historia, y en la próxima entrada seguiré haciendo el recorrido por el monumento pasando por la Torre de las Infantas con otro bonito poema.
Un saludo a tod@s y hasta la próxima.
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